La Barraca de Novella


                   






                                               


Barraca típica valenciana, con embarcadero a pie de la Albufera

La barraca es un edificio típico de Valencia, servía de vivienda a los labradores, por lo que se sitúa en las zonas de huertas de regadío. Existen ejemplos de barracas en la zona costera central de la Comunidad Valenciana en las comarcas que rodean a la Albufera de Valencia

Existen dos tipos principales, la barraca de huerta y la barraca de pescadores. No obstante, este último tipo está casi desaparecido, existiendo sólo algunos ejemplares en la zona de la albufera, donde se entremezcla con la barraca de huerta debido a que dicha zona reúne las dos características.



El edificio es de planta rectangular, de unos nueve por cinco metros, con cubierta triangular con un marcado ángulo para desaguar las precipitaciones torrenciales tan típicas de dicha zona, con un caballete perpendicular a la entrada (usualmente orientada al sur) que está situada en uno de los lados menores. 


La distribución es siempre parecida: una puerta en la fachada sur que da acceso a un amplio pasillo que recorre toda la edificación hasta la fachada norte, donde se habilita otra puerta que permite la circulación de aire. Este pasillo es utilizado como cocina, comedor y almacén.


 La barraca es una construcción de planta paralelepípeda próxima a la proporción 1⁄2 entre los muros frontales y laterales, construida con muros laterales de adobe y pies derechos de madera sobre los cuales se levanta una cubierta vegetal "borró" de gran inclinación, formando un ángulo diedro con una cumbrera muy oblicua, cerrando las fachadas anterior y posterior con elementos no portantes. 

 Es una típica construcción que se ha convertido, tras un fuerte proceso de idealización, en el símbolo de la casa de la huerta de Valencia. Después de las transformaciones que se producen en l'Horta durante el siglo XIX, con los cambios de estructuras rurales por otras urbanas dentro de una cultura industrial y con los incendios frecuentes en las grandes aglomeraciones como en las barracas del Cabañal y de otros barrios de la ciudad, junto con factores higiénicos y de conservación de este tipo de construcciones, lleva consigo la redacción de leyes que prohíben su construcción, además incluso la conservación de las existentes. Lo cual genera en los primeros años del siglo XX la decadencia de la barraca.




 El origen de la barraca se relaciona con las más primitivas chozas que posiblemente mantendrían formas elípticas o ligeramente redondeadas y que con el tiempo se van transformando en la cultura íbera, hacia formas rectangulares en planta. A lo largo de toda la península y el sur de Francia se dan construcciones similares a la barraca, con cubiertas muy pronunciadas y revestidas de elementos vegetales, cuyo perímetro en planta se cierra con pared construida de formas diversas. En todas ellas se observa una tendencia que pasa de formas circulares en los edificios mas antiguos, a otros mas próximos a la planta cuadrada o rectangular.


 Hay una diferencia esencial entre las chozas primitivas y las barracas. En las primeras, la estructura portante está definida por pies derechos exentos en el interior del espacio de planta, los cuales soportan una viga central que define la cumbrera de cubierta y, en cambio, en la barraca la estructura portante es totalmente distinta, se asemeja más a las construcciones anglosajonas de cubierta vegetal. 


 En nuestras barracas, los esfuerzos se absorben por la estructura lateral incluidas en el plano de cubierta y que descansa en la viga durmiente sobre el muro lateral. Viga que a su vez se apoya en pies derechos sobre el propio muro, lo cual recuerda la antigua estructura de las chozas. Se observa que mantiene la puerta lateralizada y no solo en aquellas que incluyen una distribución en planta según un pasillo lateral, sino también en las que se ordenan en espacios centrados en planta. Esto se podría relacionar con una permanencia formal en la situación de la puerta, obligada posiblemente a lateralizarse por existir o ser el lugar donde existía un antiguo pie derecho de madera centrado en fachada.


La forma rectangular estabiliza la planta de la barraca conservando solo algunas reminiscencias circulares, como es el caso de las barracas con culata de El Palmar. A partir de esta configuración geométrica, el espacio interno mantiene todo un proceso de transformaciones que le lleva a pre- sentar unas alternativas cambiantes a lo largo del tiempo hasta llegar en Valencia a definirse a partir de un pasillo lateral que abre puertas a fachada anterior y posterior, a través del cual se relacionan las distintas estancias que ocupan la banda contraria.



 El espacio interior en su origen era único y albergaba un lugar centrado en planta para el fuego. Más adelante se van diferenciando piezas dentro de este gran espacio importante de la casa, manteniéndose siempre las puertas de los lados estrechos de la planta. Con el tiempo, la estancia principal, en la que siempre se encuentra la llar, se sitúa inmediata a la entrada y la chimenea pasa a situarse adosada a uno de los lados de la planta.





Hay tres maneras de organizar el espacio interno en las actuales barra- cas: 

1) Las distribuidas según el pasillo lateral y una banda contraria donde se sitúan las distintas dependencias. 

2) Aquellas que como la barraca de Novella mantienen una gran estancia en la mitad anterior y la segunda mitad está ocupada por una o dos dependencias aisladas.


3) Las que se definen como un espacio único.



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